martes, 5 de junio de 2007

MONOLOGOS SOBRE PAPA


Por: Miguel Godos Curay,
Universidad Nacional de Piura


Aún recuerdo como si fuera escena cinematográfica el rostro con el dolor contenido de esa amorosa esposa cosiendo los botones dorados del uniforme de gala del policía victimado por los terrucos en Catacaos. El cadáver estaba colocado sobre la mesa del comedor y los niños a esa hora no comprendían ese trance doloroso de la muerte. Esta noche no pude registrar con mi cámara fotográfica esta escena contradictoria de dolor y amor. Un padre lo es todo. El origen del mundo, el trompo nuevo, una historia inolvidable, la grandeza sostenida en un solo gesto.

Hay padres que son sólo un recuerdo. A mi amigo Roberto su padre lo dejó en medio del camino cuando no acababa de ser niño. Desde entonces este tema se volvió un tópico intocable hasta que con la edad perdió el temor de recordarlo con una flor en el cementerio. Con la edad aprendió a conversar con él en silencio largo rato y nosotros respetuosos de la ausencia compartimos este rito filial y humano

“Eres igualito a tu padre” es una frase que los hijos no se cansan de de escuchar. Claro cómo vamos a ser distintos si somos sus hijos. Un padre representa la autoridad y su voz gobierna el mundo. Hoy un padre tiene que escuchar a la madre y también a los hijos. Eso está muy bien. Aunque todos los papás se quejan de quiebra de autoridad.” Yo ya no mando aquí” repiten muchos papás mandatarios

Un padre es un héroe cotidiano así lo entendí cuando el hijo de Alejo Marchena, en Santo Domingo, me contó que la parálisis de la mano de su papito se debía a una batalla valerosa con un león. Era un acto sublime de nada valieron las explicaciones de quienes dijeron que la única batalla que Marchena sostuvo en su vida fue con la rueda dentada de un trapiche estando ebrio.

Mi abuelo era zapatero remendón pero nunca abandonaba el saco de drill y la corbata. Sus mañanas transcurrían entre el parvulario de sus hermanas de virginidad invicta, el ejercicio ritual del oficio y las tertulias en la Plaza de Armas de Paita. Era un ameno conservador de historias fascinantes de los aguateros que se adentraban en el tablazo o en el desierto de Sechura. El mismo durante su vida se dedicó a alegrar la vida en tanta fiesta pueblerina en Colán, Amotape o Tamarindo a donde marchaba con sus pianos de cuerda.

Mi otro abuelo era un personaje de fotografía. Su fotografía acompañaba anualmente llantos y recuerdos. Era un comerciante próspero de ganado que abastecía los camales de Sullana. No lo conocí sólo su tumba entre los innumerables nichos de ese colmenar inmenso que es el camposanto de Sullana. Todo padre simboliza una virtud que los distingue a los ojos de sus hijos. Así encontrábamos detalles extraordinarios entre los pescadores porteños. Una valentía y virilidad que les venía de esa pesca de altura, cara a cara con los tiburones. Otras veces el enfrentar un naufragio en mares ignotos. Nos maravillaron siempre la habilidad para hablar el inglés o su destreza para entender todas las lenguas del mundo en esa babel inagotable que son los puertos.

Con curiosidad contemplábamos a los héroes vencidos por el alcohol mostrando su diente de oro, la esclavina con ancla en las muñecas y ese dispendio para repartir dólares o soles. Los tiempos han cambiado hoy el gremio de estibadores de Paita es una reliquia cuyos musculosos dirigentes que con su energía humana movían el puerto hoy son recuerdos. Fantasmas agónicos que se estremecen en las tardes por el malecón.

Los padres buenos forman inventarios de hombres nobles como el Maestro Flores una revolución de las matemáticas, el señor Sears un titán del Sport Paita en los tiempos del ferrocarril. El maestro Moisés Farfán un músico y diletante de todos los clásicos. Conversadores amenos como don Rogelio el peluquero, el bombero Lipe de sorprendente lealtd. Muchos de estos personajes son un recado ausente. Mi padre mismo a esta hora debe alimentar sus recuerdos con historias memorables que repite a sus nietos. A mí personalmente me sorprende que su castellano fluido siga siendo indeleble. Yo no se si tenga su talante y coraje para repetir nuevamente estas historias que frente a la años se obstina en no olvidar.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio